Los sensores son dispositivos sencillos que permiten operar de forma automática cargas de iluminación; en muchos casos, forman parte de sistemas robustos de control. |
El consumo de energía por concepto de iluminación se ha elevado más del 38% con respecto a toda la energía empleada en las instalaciones eléctricas residenciales y comerciales actuales. Si el costo de la electricidad se suma al creciente efecto de su producción en nuestro ambiente, llegamos a una simple conclusión: apagar las luces en los espacios no ocupados no es una opción sino una necesidad.
Una de las mejores maneras de asegurarnos que esta acción se ejecute es mediante la instalación de sensores de presencia que, dependiendo de su aplicación, permiten ahorros desde un 13% hasta un 80% del consumo de energía eléctrica destinada a la iluminación. En la siguiente tabla se muestran datos más precisos.
La operación del sensor de presencia es sencilla: simplemente desconecta la carga al no detectar ocupación en un área determinada. Sin embargo, surge el cuestionamiento acerca de los efectos que estos apagados y encendidos podrían ocasionar, sobre todo en la vida útil de las lámparas. Para determinar estos posibles efectos, el Electrical Power Research Institute (Instituto de Investigación de Potencia Eléctrica, EPRI por sus siglas en inglés), realizó un estudio y determinó que, a pesar de que el mayor número de interrupciones de encendido y apagado por parte de los sensores de ocupación reduce la vida de las lámparas fluorescentes de 34,000 a 30,000 horas, también incrementa de manera significativa la longevidad de las mismas a 6.8 años, en comparación con los 3.9 años de duración de las lámparas que permanecen siempre encendidas.
De acuerdo con un estudio de la Midwest Energy Efficiency Alliance, los sensores son considerados una buena alternativa para generar ahorros en el tema de la iluminación. |
No obstante que los ahorros de energía derivados de los sensores de ocupación sigue siendo su característica más atractiva, la menor frecuencia del reemplazo de lámparas y la disminución asociada en los costos de mantenimiento, también significan ahorros importantes.
Cabe mencionar que la facilidad de la instalación de los sensores, convierte su uso en una alternativa de ahorro de energía rentable y viable tanto en aplicaciones de construcciones nuevas como de remodelaciones.
Asimismo, los sensores brindan una forma sencilla de alcanzar los niveles superiores de certificación voluntaria para el establecimiento de medidas de ahorro de energía, que resulten en potenciales créditos fiscales para los propietarios de edificios o los inquilinos que cumplan con estas normas “ecológicas”, incluida la nueva ley sobre política energética de 2006 (EPA CT).
Aunque la NOM-001 vigente no hace referencia directa a medios que permitan hacer más eficiente el consumo de energía, existen códigos y normas internacionales que establecen los requisitos para el funcionamiento de los sensores. Un ejemplo de esto se dio en el 2004, cuando el Departamento Estadounidense de Energía dictaminó que los códigos estatales de energía debían cumplir o exceder la norma energética ASHRAE 90.1-1999.
Además de otros requisitos, esta norma exige el uso de sensores de ocupación que apaguen las luces dentro de un periodo de 30 minutos una vez desocupado un lugar, como solución para el apagado automático obligatorio de luces en edificios comerciales de más de 5,000 pies cuadrados (464.5 m2).
Ver también: Control de iluminación por sensores de movimiento
En Estados Unidos de América, un gran número de dependencias gubernamentales han adoptado las disposiciones del Código Internacional sobre Conservación de Energía (IECC), con el propósito de elaborar sus requisitos de eficiencia mínima de energía en el diseño de construcciones comerciales.
Dentro del código, la sección de controles de reducción de carga de iluminación (805.2.2.1) permite el uso de sensores de presencia en áreas abiertas como alternativa a una disposición que requiere el control manual para reducir uniformemente la iluminación en al menos el 50%.
La iluminación en oficinas privadas también queda exenta de esta disposición del IECC, puesto que cada oficina incorpora sólo una luz controlada por un sensor de ocupación. Por otro lado, la California Energy Commission (Comisión de Energía de California – CEC) fue el primer organismo en superar lo previsto en la norma energética ASHRAE 90.1-1999 con su programa Título 24. Se aplica a edificios residenciales en torre y no residenciales, así como en hoteles y moteles. Entre las disposiciones relevantes vigentes se incluyen:
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A) Controles de áreas: Sensor de ocupación que apague las luces dentro de un plazo de 30 minutos una vez desocupado el espacio de todas las áreas circundadas por particiones en techos.
B) Controles de reducción de iluminación: La iluminación general de cualquier espacio de 100 pies2 (9 m2) circundado o más grande donde la carga conectada de iluminación exceda los 0.8 watts por pie cuadrado para el espacio, y cuente con más de una fuente de luz, deberá estar controlada para que la carga de las luces pueda reducirse en al menos la mitad (una solución posible son los sensores de ocupación que interrumpen filas alternas de portalámparas con base en la ocupación).
C) Controles de cierre: En cada piso debe existir un control automático individual para toda la iluminación interior, un sensor de ocupación o cualquier otro dispositivo que sea capaz de cerrar automáticamente la iluminación.
D) Nuevas estructuras residenciales sencillas y para edificios pequeños: La iluminación de baños, estacionamientos, cuartos de lavado, cuartos de servicio e iluminación exterior en residencias sencillas, así como la de áreas comunes de edificios residenciales pequeños (con cuatro o más unidades habitacionales) debe estar suministrada por lámparas de alta eficiencia. En caso de que en estas ubicaciones se utilicen lámparas que no sean de este tipo, entonces deberán estar controladas por sensores de ocupación. Sólo se permite la iluminación en otras áreas de edificios residenciales que no provenga de lámparas de alta eficiencia, si está controlada por un atenuador o un sensor de ocupación.
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