Aunque hemos mencionado con anterioridad qué es la electricidad, no está de más hacer un breve repaso de lo aprendido. Sabemos que la electricidad es una de las principales formas de energía que se usan en la actualidad; sin ella sería muy difícil concebir la vida como la conocemos, sobre todo en las grandes ciuadades industrializadas donde no existiría progreso sin ella.
Hace más de 2000 años los griegos ya la había descubierto, aunque sólo hasta tiempos relativamente recientes es cuando se ha utilizado para el provecho de la humanidad. Ellos observaron que el "ámbar" se cargaba con una fuerza misteriosa al frotarlo con diferentes materiales, ya que atraía hojas secas o virutas de madera al acercárselo. Los griegos llamaban elektron al ámbar y de ahí se deriva el nombre de electricidad.
Alrededor del año 1600, William Gilbert clasificaba los materiales en eléctricos y no eléctricos según se comportaban como el ámbar o no. En 1773, un francés, Charles DuFay, observó que un trozo de vidrio eléctricamente cargado atraía algunos objetos cargados, pero que repelía a otros objetos también cargados. Concluyó entonces que existían dos tipos de electricidades.
Hacia la mitad del siglo XVIII, Benjamín Franklin llamó a estas dos clases de electricidad positiva y negativa.
En la época de Franklin los hombres de ciencia consideraban que la electricidad era un "fluido etéreo" que podía tener cargas positivas y negativas; actualmente sabemos que la electricidad se produce por partículas muy pequeñas llamadas protones y electrones; estas partículas son demasiado pequeñas para verlas, pero existen en todos los materiales.
Recordemos que la materia es todo lo que se puede ver, sentir o usar; en realidad es cualquier cosa que tenga peso y que ocupe un espacio. Puede encontrarse en la forma de un sólido, un gas o un líquido.
Los elementos son materiales básicos que constituyen toda la materia. El oxígeno y el hidrógeno son elementos, lo mismo que el aluminio, el cobre, la plata y el oro. Existen más de 100 elementos. El átomo es la partícula más pequeña a la que se puede reducir un elemento y que aun conserva las propiedades de ese elemento.
Ahora bien, si el átomo de un elemento se divide aún más, este elemento deja de existir y sólo quedan partículas más pequeñas. Estas partículas se encuentran presentes en todos los átomos de los diferentes elementos. La diferencia entre el átomo de un elemeto y el átomo de otro elemento se encuentra en la cantidad que contienen de cada una de estas partículas subatómicas.
Aunque sabemos por la física y la química que el átomo está formado por varias partículas diferentes, en electricidad para instalaciones eléctricas residenciales sólo nos interesa dos partículas subatómicas: protones y electrones. Los protones se localizan en el centro o núcleo del átomo y los electrones giran en órbitas alrededor del núcleo.
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