Para garantizar el funcionamiento correcto y la duración de los cascos de seguridad debemos seguir ciertas medidas para su cuidado. Por ejemplo, los cascos no podrán bajo ningún concepto adaptarse para la colocación de otros accesorios distintos a los recomendados por el fabricante. Es muy importante saber los peligros que puede ocasionar modificar o suprimir uno de los elementos de origen. Deben sustituirse cada tres años y siempre que se haya producido una decoloración, grietas, desprenda fibras, cruja al corvarlo o haya sufrido un impacto severo, aunque no presente signos aparentes de daño.
Las conchas tienen que ser lavadas conforme a las recomendaciones del fabricante. Después de enjuagar las conchas, inspecciónalas con cuidado para encontrar señales de daño.
Revisa diariamente todos los componentes: conchas, suspensiones, tafiletes, banda de sudor y accesorios (si hay alguno), para detectar posibles señales de abolladuras, rajaduras o penetración, y cualquier daño debido a impactos, maltrato o desgaste que podría reducir el grado de protección originalmente previsto.
Si utilizas casco de protección industrial consérvalo libre de abrasiones, ralladuras y dentelladas. No lo dejes caer ni utilices como soportes o apoyos. Nunca lo coloques en la plataforma de la ventana trasera de un automóvil, ya que la luz del sol y el calor extremo pueden causar degradación afectando adversamente el grado de protección que provee. Además, en el caso de una parada brusca de emergencia o de accidente, éste se podría convertir en un proyectil peligroso.
Ver también: 3 consejos para seleccionar un casco de seguridad
Además de la seguridad hay que considerar los aspectos fisiológicos de comodidad del usuario:
- El casco tiene que ser lo más ligero posible.
- El arnés debe ser flexible y permeable a los líquidos y no irritar ni lesionar al usuario; por ello, los de material tejido son preferibles a los de plástico.
- La banda de sudor, completa o media, es necesaria para absorber el sudor y reducir la irritación de la piel; por motivos higiénicos, debe sustituirse varias veces a lo largo de la vida del casco.
- Es imprescindible ajustar bien el casco para garantizar la estabilidad y evitar que se deslice y limite el campo de visión.
- La forma de casco más común es la de “gorra”, con visera y reborde alrededor. En canteras y obras de demolición protege mejor un casco de este tipo pero con un reborde más ancho, en forma de “sombrero”.
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