A demás de las sobrecargas, en las instalaciones eléctricas residenciales existe el riesgo de otro tipo de falla que se suele manifestar violentamente: el corto circuito. Un corto circuito ocurre cuando existe un aumento brusco de la intensidad de la corriente eléctrica. En este momento, los aislantes de los cables se funden por el calor y el conductor de electricidad se revienta, provocando un chispazo; esto puede ocasionar un incendio. En caso de ocurrir un corto circuito, primero se debe bajar el interruptor principal de la instalación (switch) y después atender el problema; igualmente en caso de incendio.
Debido a que los cortos circuitos ocurren como consecuencia a los calentamientos por sobrecarga, la manera de prevenirlos es no conectar demasiados aparatos en una misma salida de contacto eléctrico, ni rebasar su capacidad eléctrica indicada.
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