Normalmente, cuando se realizan pequeñas instalaciones eléctricas en el hogar, no se piensa en la seguridad y se hace caso omiso de utilizar guantes o protegerse; sin embargo, el riesgo siempre estará presente. Los que se usan para el trabajo eléctrico se conocen como guantes aislantes; estos sirven para instalaciones de alto voltaje que sólo los especialistas deben ejecutar (cables de la calle, alumbrado público, instalaciones en edificios, etc.)
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Para las instalaciones eléctricas residenciales, donde trabajamos con bajo voltaje, se recomiendan los guantes tipo electricista de piel o de nylon-nitrilo, su material no conduce la electricidad, por lo que puede evitar descargas leves. No obstante, antes de realizar toda clase de instalaciones, siempre se debe bajar la palanca del interruptor del circuito que vayamos a tocar.
Estos guantes se ajustan a la mano y permiten la manipulación de herramienta y sobre todo de los diminutos tornillos que se suelen utilizar en apagadores, contactos y placas.
Obviamente, no deben mojarse nunca durante los trabajos, además de que esto disminuye su tiempo de vida útil.
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