La producción de la energía eléctrica que disfrutamos cada día es costosa y contamina. La aplicación de medidas de ahorro, algunas de gran simplicidad, además de traducirse en importantes ahorros en el consumo, evita la emisión de millones de toneladas de contaminantes a la atmósfera.
Dejar las luces encendidas innecesariamente, mantener televisores o radios prendidos sin que nadie les preste atención; comprar productos cuyos envases o empaques se van rápidamente a la basura —a pesar de que su fabricación supuso un alto costo de electricidad—, son sólo algunos ejemplos de la falta de cuidado de la energía y del medio ambiente en los que incurrimos con frecuencia. En éstos y otros muchos casos, la solución está en nuestras manos.
Ver también: La electricidad, la energía más utilizada
Ahorrar y usar eficientemente la energía eléctrica, así como cuidar el ambiente no son sinónimo de sacrificar o reducir nuestro nivel de bienestar o el grado de satisfacción de nuestras necesidades cotidianas. Por el contrario, un cambio de hábitos y actitudes pueden favorecer una mayor eficiencia en el uso de la electricidad, el empleo racional de los recursos energéticos, la protección de la economía familiar y la preservación de nuestro entorno natural.
Para una familia ahorrar energía equivale a ahorrar dinero. Además, al hacerlo contribuye a que sea más eficiente el consumo de energía a nivel nacional y se utilicen menos combustibles fósiles, como gas, combustóleo o carbón requeridos para producirla.
El FIDE presenta estas recomendaciones que permitirán usar eficientemente las instalaciones eléctricas residenciales y obtener con ello importantes beneficios económicos y ambientales. Las siguientes recomendaciones generales son muy útiles y verás que bastante sencillas:
- Mantén siempre limpios los aparatos eléctricos, principalmente los de la cocina. Elimina los residuos de alimentos en el horno de microondas, tostador, extractor, etc. Conservarlos en buen estado prolonga su duración, reduce el consumo de energía y los gastos, y contribuye a la seguridad de la familia.
- Utiliza todos los aparatos de acuerdo con las recomendaciones de uso, mantenimiento y seguridad que aconseje el fabricante. Revisa siempre el instructivo o manual de usuario del aparato antes de ponerlo a funcionar y siempre que tengas alguna duda.
- Revisa cuidadosamente aquellos aparatos que al conectarse producen chispas o calientan el cable. No los uses antes de resolver el problema. En todo caso, es recomendable que esto lo haga un técnico calificado.
- Apaga los aparatos que producen calor antes de terminar de usarlos –por ejemplo, plancha, tubos o pinzas para el cabello, parrillas, ollas eléctricas, calefactores– para aprovechar el calor acumulado.
- Desconecta los aparatos desde la clavija, nunca jales el cable. Es importante mantener en buen estado tanto el cable como el enchufe.
- Apaga los aparatos eléctricos y desconecta los que carecen de interruptor cuando no se estén utilizando. Esto incluye los reguladores de voltaje.
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