En este artículo conocerás los factores a considerar para conseguir el mejor retrofit para un nuevo tipo de iluminación en nuestras instalaciones eléctricas residenciales.
Hace poco más de un siglo el mundo de la luz se vio transformado de una manera rotunda con la aparición de las lámparas eléctricas. El impacto fue tan grande que se modificaron las costumbres sociales y la percepción de nuestro entorno. Esto permitiendo llevar a cabo tareas que antes era imposible realizar en ausencia de la luz solar.
Durante la Revolución Industrial, la lámpara eléctrica fue indispensable para mantener una fábrica en operación ininterrumpida. Con esto también vinieron muchas dudas sobre la cantidad de luz necesaria para las funciones de diversos espacios.
También cambió la percepción de la noche para la gente. Ya se podía caminar tranquilamente sin sufrir los muchos peligros que aguardaban en la oscuridad. Se podía salir y hacer recorridos nocturnos en los espacios públicos de la ciudad y disfrutar de la nueva luz nocturna.
La construcción de una red de alumbrado público y suministro eléctrico para las ciudades implicó grandes retos. Otro de los retos fue la implementación de una instalación eléctrica en cada uno de estos lugares. El desafío más importante fue unificar las instalaciones eléctricas de manera que fueran seguras para los inmuebles y los usuarios que los ocupaban. La falta de experiencia en el manejo de esta energía podía provocar el incendio de un local o un sinfín de riesgos para los usuarios.
El surgimiento de los casquillos
Por su parte, la luz demandaba mucha atención. Las lámparas incandescentes tenían una vida muy corta. Esto provocaba constantes cargas de trabajo para su mantenimiento. También se debían cambiar las que dejaban de funcionar. Esto obligó a desarrollar casquillos de medidas y formas estandarizadas que facilitaran la instalación de una lámpara en un socket.
Thomas Alba Edison patentó el aditamento más popular en 1909. Unos 29 años después de haber patentado su lámpara incandescente. Este diseño de casquillo se conoce como casquillo tipo “E” que es la primera letra del apellido de Edison. A esta letra se le agrega su diámetro en milímetros. Por ejemplo el casquillo E14 se usa para los candelabros. El E40 se emplea para lámparas de alumbrado público y grandes potencias. Y la famosa E26 se utiliza en aplicaciones domésticas. Por último, el casquillo de la lámpara A19 corresponde a la hoy casi extinta lámpara incandescente.
El diseño de este casquillo se ha conservado durante 104 años. Esto trajo como consecuencia que el mercado sea prácticamente dependiente a este estándar.
Es una locura pensar en que todo el mundo cambiará instantáneamente todas las instalaciones eléctricas en casas, oficinas, industrias y sistemas de alumbrado público. Por ello fue necesario adaptar las nuevas tecnologías a los estándares de las instalaciones existentes. Estas adaptaciones son conocidas como retrofit.
Ejemplos del mejor retrofit para un nuevo tipo de iluminación
Un ejemplo es la sustitución de lámparas de sodio en el alumbrado de una calle por lámparas de aditivos metálicos con quemador cerámico. Esto mejora ampliamente el IRC (Índice de Reproducción Cromática). La eficiencia luminosa de la segunda tecnología es menor a la primera. Pero el equilibrio entre calidad y cantidad permite tomar de manera fácil la decisión de cambiar a la tecnología más adecuada.
Otro ejemplo de retrofit es la sustitución de las lámparas incandescentes de 60 W por lámparas fluorescentes compactas (ahorradoras) o por lámparas de LED. En todos los casos es necesario hacer un análisis costo-beneficio, que tome en cuenta las características de la luz deseada.
¿Cómo elegir el mejor retrofit para un nuevo tipo de iluminación?
He aquí los parámetros que se deben evaluar para elegir el mejor retrofit para un nuevo tipo de iluminación. En los siguientes ejemplos se comparan diferentes tecnologías, utilizando los valores reportados por las marcas en sus catálogos.
Ver también: La NOM-028-ENER impulsa vanguardia en iluminación
Flujo luminoso
El flujo luminoso es la cantidad de luz que emite una lámpara en todas las direcciones y se mide en lúmenes (lm). Por ejemplo, una lámpara incandescente Osram de 60 W es de 820 lm, comparable con los 840 lm de una lámpara fluorescente compacta de 13 W de Philips y con los 840 lm de una lámpara de LED de 10 W de Viribright. Este parámetro es de suma importancia para analizar la conveniencia de un retrofit. De éste dependerá que la cantidad de luz sea la que necesitamos en el espacio que queremos iluminar.
Vida útil
Es el tiempo en horas (h) que tarda una lámpara en perder el 60% de su flujo luminoso. Éste es el momento en el que debe sustituirse. La calidad de la luz disminuye gradualmente, es por eso que no es recomendable esperar hasta que una lámpara LED deje de funcionar.
Potencia eléctrica
La potencia eléctrica (W) se refiere a la cantidad de energía eléctrica que consume un aparato eléctrico para trabajar. No se refiere a la cantidad de luz que emite una lámpara.
Eficiencia luminosa
Es la relación que guarda la cantidad de potencia eléctrica (W) consumida por una lámpara y el flujo luminoso (lm) que tiene. Para tomar una decisión informada sobre el retrofit es necesario comparar la relación entre el flujo emitido y el consumo del producto en cuestión, de manera general debemos buscar una mayor cantidad de lúmenes por cada watt.
IRC (Índice de Reproducción Cromática)
Este índice muestra la capacidad que tiene la luz emitida por una lámpara para reproducir de manera fiel los colores de un ambiente. La lámpara incandescente es tomada como referencia en los laboratorios para medir este índice y por ello tienen un IRC de 100%. Las lámparas fluorescentes compactas integradas tienen un IRC aproximado de 85%; y una lámpara de LED de buena calidad tiene un IRC de 85+ (mayor a 85%).
Precio
Se podría pensar que este apartado se explica solo, pero es importante mencionar que los costos de mantenimiento que genera el cambiar una lámpara por su corta vida útil o la carga térmica que exige un esfuerzo extra del equipo de acondicionamiento de aire, son costos que muchas veces se pasan por alto.
Estos parámetros se deben valorar dependiendo de la aplicación de las lámparas; el nivel de detalle que se desea apreciar; el tiempo de vida que tendrá la instalación eléctrica y la facilidad que se tenga para darle mantenimiento a la instalación. Todo ello para conseguir el mejor retrofit para un nuevo tipo de iluminación en nuestras instalaciones.
El mejor retrofit para un nuevo tipo de iluminación LED
Hoy en día existen esfuerzos para estandarizar los formatos de las tablillas sobre las que se montan los LED. Pero la huella que dejó la rosca Edison en los últimos 100 años fue tan profunda que estamos seguros que necesitaremos retrofit por un largo tiempo más.
¿Qué opinas de los parámetros que se deben evaluar para elegir el mejor retrofit para un nuevo tipo de iluminación para nuestras instalaciones eléctricas?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario