La optimización del uso de electrodomésticos conectados a las instalaciones eléctricas residenciales y evitar el desperdicio de energía eléctrica impacta positivamente en el costo que pagamos por su consumo.
Puesto que la energía eléctrica no es un recurso natural, las plantas generadoras y las redes de transmisión y distribución de electricidad requieren grandes recursos no sólo para su instalación, sino también para su operación y mantenimiento, de ahí la importancia de practicar la cultura de ahorro de energía.
La vida moderna ha incrementado nuestra dependencia del consumo de energéticos, como la gasolina, el gas natural y otros productos no renovables, y por supuesto, de energía eléctrica.
Una cultura del cuidado de la energía es una actitud de visión a futuro, misma que se relaciona de manera estrecha con el mundo que legamos a las próximas generaciones.
Ver también: El problema del consumo de energía.
Debemos crear conciencia para que el ahorro de energía sea parte de nuestra vida diaria.
En México existe el Programa de Ahorro de Energía del Sector Eléctrico (PAESE) creado en 1989 por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para promover el ahorro y uso eficiente de la energía eléctrica, en su producción, distribución y en las instalaciones de los usuarios.
En lo que se refiere a los usuarios del servicio eléctrico, actualmente las acciones se llevan a cabo por el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE) y el Fideicomiso para el Aislamiento Térmico (FIPATERM).
Entre las acciones que ejecuta el PAESE se incluye la realización de foros y seminarios dirigidos al público en general, y la detección de fugas de energía eléctrica en las instalaciones de los usuarios que lo soliciten.
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