Dentro de estas condiciones se consideran aquellas que ocasionan la apertura de los dispositivos de protección, específicamente los fusibles, causadas por condiciones ambientales.
Las condiciones más comunes en las que un fusible puede operar son las siguientes:
Sobrecorrientes debidas a:
- Sobrecargas.
- Cortocircuitos
- Falso contacto
- Alta temperatura
Bajo estas condiciones, los fusibles deben ofrecer la protección adecuada, evitando con ello que el conductor del circuito protegido se dañe a causa de elevadas corrientes de falla.
Durante la operación del fusible en corriente alterna se tiene que la magnitud de corriente de cortocircuito depende de la reactancia de sistema al punto de falla, y para minimizar esta corriente a un valor no muy crítico en los conductores protegidos es necesario frenar esa corriente de tal forma que no dañe al conductor.
Ver también: 4 desventajas del uso de fusibles
El propósito fundamental de cada fusible es cortar el flujo de corriente en el instante de la falla o cuando se presenta una sobrecarga prolongada. Sin embargo no todos los fusibles pueden frenar la corriente antes de que ésta alcance su valor de cresta, esto es, literalmente frenar la corriente en su trayectoria, y el fusible puede o no puede ser capaz de cortar completamente al flujo de corriente dentro de un intervalo próximo al inicio de la falla.
En la siguiente curva se ilustra el caso hipotético de una falla de arqueo (cortocircuito sólido) sobre un circuito con 200,000 amperes de corriente de cortocircuito disponible. El fusible no limitador de corriente permite un pico de corriente del máximo disponible (200,000 amperes) y deja fluir una corriente por un tiempo determinado antes de que el arco interno en el fusible sea extinguido y el flujo de corriente sea completamente interrumpido.
Corriente de falla en un fusible no limitador |
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